Cuando piensas en la ciencia, puedes imaginarte mesas de laboratorio, vasos y tubos de ensayo. Pero la ciencia es mucho más que los clásicos experimentos que hacías en la escuela. Es un proceso de explorar, observar, pensar y probar – ¡cosas que los niños pequeños hacen todo el día mientras juegan! La infancia es el momento perfecto para cultivar el amor por el pensamiento científico a través del juego.
Promoviendo el juego científico
Puedes lograrlo a través de experimentos simples, actividades planeadas y juego libre, hay virtualmente un sinfín de formas de despertar el interés de tu niño por la ciencia.
Realiza experimentos sencillos
Los experimentos no tienen que ser complejos. Pueden ser tan simples como mezclar colores de pintura o transferir agua entre contenedores. Cocinar con tu niño pequeño también es una forma emocionante de presentarle la ciencia.
Si utilizas BabySparks, verás muchas actividades científicas divertidas en el programa diario de tu niño.
¡El juego no estructurado es un juego científico!
Cuando tu niño pequeño tiene acceso a una variedad de juguetes y materiales durante el juego no estructurado, decidirá qué y cómo jugar, lo que a menudo le lleva a experimentar y encontrar soluciones por su cuenta.
El juego no estructurado puede ser un juego individual, contigo o con otras personas cercanas a tu niño. Deja que tu niño pequeño te muestre el camino, ¡y te sorprenderás de lo que se le ocurre!
Ofrece muchos juguetes y materiales diferentes
La ciencia implica trabajar con varios objetos y materiales, utilizándolos de diferentes maneras o creando algo nuevo. Ofrecer a tu niño pequeño una gama de juguetes (bloques, vehículos, rompecabezas, etc.), materiales (papel, cuentas, agua, etc.) y objetos cotidianos (contenedores de almacenamiento de alimentos, cajas de cartón, linternas, etc.) le anima a experimentar, observar y resolver problemas.
Puedes cambiar los juguetes y materiales periódicamente para mantener interesante el juego de tu niño.
No te asustes del desorden
A muchos niños les encanta ensuciarse y el desorden a menudo lleva a una divertida exploración científica. No tengas miedo de invitar al desorden, permitiendo que tu niño pequeño pinte con los dedos con pintura no tóxica, juegue con agua, o excave en la tierra. Involucrar a tu niño en la jardinería, aunque solo sea una simple planta, ¡es una gran actividad científica!
El juego desordenado no solamente se centra en la exploración, sino que también crea tolerancia para diferentes sensaciones y texturas.
Únete a la obra de tu niño pequeño
Unir a tu niño pequeño durante el juego lo hace más interactivo, aumenta las habilidades de comunicación y puede hacer que piense de maneras que no podría hacerlo por sí mismo. Puedes hacerle preguntas mientras juegan juntos, por ejemplo, para fomentar un pensamiento más profundo y un proceso de pensamiento científico.
Visita nuevos lugares
Cuantas más experiencias tenga un niño pequeño, más verá, oirá, sabrá, sentirá y olerá. Un paseo por el barrio, una visita a la biblioteca o un viaje al parque, cada uno ofrece experiencias variadas.
Al incorporar estos consejos, puedes ampliar la curiosidad científica natural de tu pequeño, sentando las bases para la exploración y experimentación cada vez más complejas a medida que crece.